Del checo robota = trabajar duro, se llamó asà a los robots, para que hagan el trabajo por nosotros. Nacidos de la ficción y popularizados por Isaac Asimov, autor de la novela Yo, robot, pasaron a la ciencia y llegaron a la realidad práctica. Coordenadas cartesianas, funciones, visión artificial, programación… todas las ramas de las matemáticas son necesarias para hacer funcionar estos inventos siempre útiles y a veces divertidos, como estos que cocinan y sirven la comida en el Restaurante Robótico de Harbin, en foto de Sheng Li.