Muchas cosas tienen su origen en las matemáticas, otras pueden describirse con razonamientos y fórmulas matemáticas y otras más terminan pasando por las mates, como estos escarabajos, los míticos Beetles de Volkswagen, convertidos en cubos y esferas por el escultor Ichwan Noor en el Art Basel Hong Kong.
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Iba el ciclsta tranquilamente por su y=b, recto camino horizontal a la altura b, cuando se encuentra con un insalvable x=a, de tangente infinita, mala cosa dividir por cero. ¿Podrá nuestro héroe continuar su marcha por un plácido y=b’? Foto de Erik Johansson, tan imposible como superar una discontinuidad de salto.
Asignando a cada factor primo un color y factorizando los compuestos con colores se ha hecho este precioso jersey Sondra Eklund, que se define como Certified Math Nut y se entusiasma explicando las regularidades y patrones que se observan y la universalidad de este lenguaje matemático basado sólo en el color. Una cálida idea que se ha extendido a los diagramas de Jhon Graham-Cumming que publica en carteles y camisetas. Yo quiero uno.
Si en una bola abierta incluimos los puntos de la superficie, que están a distancia r del centro, obtenemos una bola cerrada. Hemos hecho la clausura del conjunto, lo hemos cerrado, incluyendo los puntos frontera. Foto Karl Taylor.
El papel de los intervalos en el plano lo hacen las bolas en el espacio 3D. Una bola abierta de centro C y radio r es el conjunto de todos los puntos que están a una distancia menor que r del punto C.
Foto de Sonia Marichal, profesora de Matemáticas y gran fotógrafa, que aparece en su 4ª fotomat.
No es que el asteroide esté a 10⁶ km, es que lleva una cola de más de 1 millón de km, casi tres veces la distancia de la Tierra a la Luna. Maravillas del cosmos y de las matemáticas, que permiten observar y medir estos fenómenos. Foto Hubble.
Un cilindro se puede generar girando un rectángulo sobre uno de sus lados. Pero también podemos considerarlo como una columna de infinidad de círculos, según el principio de Cavalieri, precursor del cálculo integral para calcular volúmenes por secciones. Foto ulldefalcó.
La belleza de las formas y la fascinación de la geometría, tanto en los poliedros naturales, como en los artesanales.
En 1970 se decía en la Facultad de Ciencias de Zaragoza que el área de Matemáticas contaba con una calculadora mecánica que hacía sumas, restas, productos y hasta divisiones, a golpe de palanca. En el 71 un alumno lucía en clase de Astronomía una calculadora de bolsillo, casi de mochila, con luminosos números, que hacía también las 4 reglas, lo que no le libraba de trabajar con las tablas de logaritmos y trigonométricas, como los demás. Ya en 1975 tuve la suerte de adquirir en Paris mi primera Texas Instrument, con senos y logaritmos, con luces más pequeñas, batería y cargador. Un lujo que me acompañó muchos años. Nostalgias que aparecen al mirar la preciosa foto de Daniel Secches.
Unir dos conjuntos es añadir los elementos de ambos. No es sumar cantidades, sí juntar elementos. Foto Amazing Things in the World.